Se llaman Thomas, Menouar, Youssef, Maxime y Oguzan, y no paran ni un momento en el taller de la red de autobuses évolitY. Desde que se decretó el confinamiento, han cambiado motores sin descanso, restaurado paneles de carrocería dañados o instalado cámaras de videovigilancia.

Encargarse del mantenimiento de los sesenta y cinco autobuses de la red évolitY no es tarea fácil en circunstancias normales.

"Los vehículos deben estar inmovilizados el menor tiempo posible para devolverlos a la circulación cuanto antes", resume Maxence Bontems, jefe de taller en Marfina Pays de Montbéliard (Moventis).

Un requisito que genera estrés y tensión, sobre todo porque un imprevisto mecánico puede aparecer en cualquier momento. "Es muy habitual que después de desmontar una pieza defectuosa, descubras otro problema."

"El 11 de mayo, los autobuses estarán en perfectas condiciones"

Desde que estalló la crisis del coronavirus, los catorce mecánicos y técnicos de Moventis Pays de Montbéliard trabajan sin descanso en su espacioso taller de Voujeaucourt (cocheras de La Charmotte). Con la adopción a mediados de marzo del Plan de Transporte Adaptado, sólo dieciocho autobuses circulan a diario por la red évolitY (en lugar de los cincuenta y pico habituales).

"A veces la desgracia de algunos es la suerte de otros", continúa. "Ahora podemos acceder a los vehículos y tenemos el tiempo que necesitamos para trabajar. Está pasando algo parecido a lo que ocurre con las vacaciones de verano o con las huelgas." Lo constata cada día: "Y ello fomenta la solidaridad y la ayuda mutua en los equipos."

También ha contribuido a agilizar el trabajo en algunos talleres. "Estamos cambiando los viejos motores de siete de nuestros autobuses estándar Urbanway (gasoil). Y, de paso, hacemos revisiones exhaustivas y cambiamos dispositivos periféricos. Los vehículos saldrán del taller con un 'corazón' y 'pulmones' nuevos." Esta misión debe estar terminada antes del 11 de mayo. "Los autobuses estarán en perfectas condiciones estéticas y mecánicas."

El imposible distanciamiento social

En la mañana del martes 21 de abril, los trabajadores se afanaban en torno a los autobuses mientras los altavoces emitían una música animada.

Ahí estaban los jefes del taller Thomas y Mathieu; los mecánicos experimentados Menouar y Youssef; y los jóvenes Maxime, Damien, Vincent y Oguzan. Unos comprobaban los niveles (de aceite, de refrigerante...), otros desmontaban un motor antes de sacarlo de la caja, y el resto instalaba un sistema de videovigilancia en un autobús.

Todos llevaban guantes y mascarilla de papel o pantalla facial de plástico. Pero cumplir estrictamente con las medidas sanitarias no es fácil. Maxence Bontems explica que: "el distanciamiento social es imposible. Hay reparaciones que necesitan dos personas, como las que se hacen debajo de las ruedas. No puedes cargar tú solo con un estribo de freno que pesa entre 60 y 70 kg"

Martes, Mayo 12, 2020
0